Crecí soñando mundos que no existían y decidí crearlos. Siempre consideré la fotografía como algo mágico capaz de pintar en el papel trozos de nuestras vidas. La cámara y su alquimia me enamoraron y me colgué del cuello una mochila llena de sueños.
Y es que todo esto nace de la necesidad de contar historias .De la necesidad que tiene el ser humano de sentirse vivo , lejos del insomnio que nos muerde día a día las pupilas. Hace tiempo que nuestra sociedad metió sus ilusiones en incubadoras porque ya no pueden alimentarlas.